Buscando los mejores y más sabrosos frutos, esta vez nuestro técnico de calidad Nicolás Aguilera ha acabado en Australia, concretamente en el Estado de Victoria, hogar de peludos uombats, relajados koalas y singulares ornitorrincos.
Pero esta vez solo tenía ojos para las deliciosas y jugosas mandarinas Nadorcott que crecen cerca de las pequeñas ciudades de Mildura y Colignan, a orillas del río Murray. El clima, de días cálidos y noches frías, es ideal para cultivar los mejores cítricos: así es como las mandarinas obtienen su intenso color y una equilibrada proporción de acidez y dulzor.
Las heladas son lo único que podría poner a los frutos en peligro, pero para evitarlo, la finca cuenta con una máquina antihielo cuya hélice genera aire cálido. Además, para que los frutos no sean los únicos beneficiados, sino que también se beneficie el medio ambiente, todos los desechos vegetales que se producen durante la poda se trituran y se emplean para abonar las plantaciones. Una apuesta que vale la pena, ya que aquí viven muchas especies animales, entre las que también hay canguros. ¡Y uno de ellos acaba de pasar saltando ante las narices de nuestro experto de calidad!
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