¿A quién le apetece un viaje relámpago a Sudáfrica? Hoy os llevamos a nuestra finca en Porterville.
Allí, nuestra uva crece en una superficie de 25 hectáreas, aunque en esta zona nos dedicamos principalmente al cultivo de mandarinas, naranjas y limones. Cuando los frutos están bien cargados de sol y listos para ser recolectados, los trasladamos a tres enormes almacenes. Allá, y siempre siguiendo nuestra estricta normativa de calidad SanLucar, los supervisamos, seleccionamos y preparamos para su venta en Europa.
Pero los frutos no son los únicos habitantes de la finca: allí ofrecemos a nuestros 100 empleados una casa con agua corriente, alcantarillado y luz. Y es que queremos que tanto ellos como sus familias se sientan a gusto.
Así, por ejemplo, hemos fundado una guardería donde educadores y trabajadores sociales atienden a los pequeños de nuestros empleados. Y quien quiera desestresarse después del trabajo, puede darse una vuelta por el campo deportivo. O pasarse por el salón comunitario, donde siempre puede usar los ordenadores disponibles. Así que ya lo veis: nuestra finca de Porterville es un auténtico oasis de bienestar, y no solo para uvas y cítricos.
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