El reino de los Giuliano es vasto y… delicioso. En más de 3.500 hectáreas de tierra, la familia ha estado cultivando fruta durante tres generaciones.Casi 35 millones de kilos de uvas salen cada año de los campos del sur de Italia, en Puglia. Para la familia ha sido siempre muy importante cultivar de forma sostenible: «Vivimos de la naturaleza y con la naturaleza, sin ella no somos nada», dice Vito Giuliano.
Que la alta tecnología y la sostenibilidad van de la mano puede verse claramente en sus extensos campos. Comenzando con el agua. Para que cada gota se use con sensatez, los Giuliano utilizan el riego por goteo para ahorrar agua. Cada vid recibe, gota a gota, la cantidad ideal de agua.
Y gracias a las muchas piedras del suelo esta se filtra directamente a las raíces sin evaporarse. Los Giuliano han trabajado durante años para eliminar completamente el uso de insecticidas.
Para proteger los frutos de los insectos no los rocían con insecticidas, por ejemplo, sino que utilizan soluciones de alta tecnología respetuosas con el medio ambiente.
Una de estas soluciones consiste en la confusión sexual de los insectos. Los dispositivos de pulverización de última generación liberan en los campos atrayentes sexuales femeninos, las llamadas feromonas.
Este olor confunde a los insectos machos y les impide reproducirse. Además, los daños causados por las polillas de la vid y la melaza se reducen de forma natural. Otra ventaja de este método es que los campos no se contaminan porque los dispositivos de pulverización se retiran tras su uso. Y no sólo se usa alta tecnología. Para proteger las uvas de los insectos, la familia utiliza depredadores naturales de las plagas, como las arañas, las avispas icneumón o los ácaros depredadores. Es muy importante porque protegen a las abejas y a la fruta. Vito Giuliano: «Trabajamos en armonía con la naturaleza, porque es la única manera de garantizar la calidad de nuestra fruta».
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