Cuando florecen los naranjos en nuestra finca sudafricana de Rooihoogte (Sudáfrica), Eusebio, nuestro técnico de calidad, se vuelve loco.
¿Por qué? Porque toda la plantación desprende una maravillosa y dulce fragancia que promete una gran cosecha de deliciosas naranjas: »Todavía tenemos que esperar ocho meses para empezar con la recolección.« Este periodo puede durar hasta un mes, y se hacen varias pasadas para recolectar cada fruto en su punto ideal de madurez. A nosotros ya se nos hace la boca agua, sobre todo porque el famoso chef Rolf Straubinger ha constatado que nuestras naranjas no solo son especialmente sabrosas, sino que además contienen un 20 % más de zumo.
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