Menos mal que en la foto solo vemos la buena mano que tiene Eusebio con las mandarinas Orri, pues lo que es la cabeza, la tiene muy roja y sudada por el tiempo tan caluroso y seco que tenemos ahora mismo en nuestra finca Rooihogte en Sudáfrica.
(Por suerte tenemos un sistema de riego súper ecológico que evita que las plantas pasen sed y a la vez impide que se malgaste ni una gota de agua.) Pero vayamos a los frutos. ¡Todavía están muy verdes! »No tan rápido«, nos reprende Eusebio. »Antes de dar frutos, un árbol de mandarinas Orri ha de crecer durante 4 años.
Y para que maduren las mandarinas son necesarios otros 10 meses.« Solo preparar los frutos antes de que florezcan ya es un proceso que requiere paciencia, pues es una variedad muy fuerte que reacciona a la polinización con una enorme vegetación. El equipo técnico de nuestro maestro agricultor de cítricos, Llusar, ha desarrollado sistemas especiales para que también este año podamos disfrutar de muchas mandarinas jugosas. »Exacto«, nos explica Eusebio, »¡y llegan a estar tan buenas que las devoro en cuestión de segundos!.«
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