La naturaleza nos hace regalos de todo tipo. Tenemos, por ejemplo, la dulce y deliciosa fruta. Pero es que además también nos ofrece muchos pequeños insectos beneficiosos que presentan batalla contra las plagas y protegen nuestros preciados frutos.
Por ello, en nuestras fincas de Sudáfrica, en caso de plagas vegetales, introducimos a sus enemigos naturales, los denominados insectos beneficiosos. En la foto podéis ver la larva de los insectos que más nos ayudan, la rodolia cardinalis. Este escarabajo de la familia de los coccinélidos está emparentado con nuestra mariquita, y su tamaño suele estar entre los 2,5 y los 4 milímetros.
En las plantaciones de cítricos es donde está más a gusto, ya que allí abundan parásitos como la cochinilla acanalada, las cochinillas del nopal o los áfidos, que succionan la savia de las plantas.
Hasta las larvas de la rodolia cardinalis tienen un apetito voraz de cochinilla acanalada. ¡Menos mal! Porque así podemos renunciar a los plaguicidas químicos y vosotros podéis disfrutar de unos frutos tan naturales como deliciosos. No es de extrañar, pues, que tengamos a nuestros pequeños ayudantes entre algodones. Por cierto, la rodolia cardinalis se usa para el control biológico de plagas desde hace más de un siglo; es, por así decirlo, el más célebre y glotón engullidor de parásitos.
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