Siempre que nuestro experto en calidad Winfried Schuster visita nuestros perales en el lago Constanza, se sonroja, como las peras que allí encuentra. Puede que sea por el maravilloso aire prealpino, pero también por la alegría que le dan estos frutos. Aquí, en este suave clima del lago Constanza, crecen deliciosas variedades de peras. Para un sabor excepcional, las peras necesitan una tierra fértil, muchas horas de sol, riego abundante y una diferencia de temperatura notable entre el día y la noche.
Winfried analiza cómo están evolucionando los frutos, comprueba su contenido de azúcar y supervisa si cumplen con nuestros estrictos criterios de calidad.
Porque aquí lo tenemos muy claro: las peras han de ser dulces y muy jugosas. Además, la pulpa debe tener una consistencia mantecosa y una proporción equilibrada de dulzor y acidez. Y si además están un poco sonrosadas, mejor que mejor.
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