Aliméntate mejor.

«¡Mejor cómete una manzana!» ¿También os suena esta frase de vuestra infancia? Y probablemente, ahora sois vosotros quien se lo decís a vuestros hijos. Pues es completamente cierto: los pequeños deben comer cuanta más fruta y verdura, mejor. Aprender unos hábitos alimentarios saludables y a moverse con regularidad es la mejor prevención contra lacras de nuestra sociedad como el sobrepeso, la diabetes tipo II, la hipertensión, las enfermedades cardiovasculares y la caries. Pero ¿cómo conseguir que los pequeñines disfruten más con una zanahoria o una tira de pimiento que con una bolsa de patatas fritas? Es que lo prohibido siempre sabe mejor.

Permitir en lugar de prohibir.

La Harvard Medical School también se ha hecho la misma pregunta, y ha desarrollado el principio «Sí, puedes». Este principio se basa en proponer a los niños, y por supuesto también a las personas adultas, alimentos saludables, ofreciéndoselos en sus formas más sabrosas. La cuestión es dejar de prohibir las cosas. También el Prof. Dr. Kurt Widhalm, de la Universidad de Medicina de Viena, considera que ir prohibiendo cosas es contraproducente. «Los alimentos malos», dice Widhalm, «no existen. Lo importante es cómo te alimentas en conjunto». Así, por ejemplo, no es necesario tachar del menú el filete empanado, si a tu hijo o hija le gusta. Basta con convertir el acompañamiento habitual, como puede ser una verdura o una ensalada, en el plato principal, y poner un pequeño filete empanado como acompañamiento especial. De este modo, además, la carne se metaboliza mejor.

Así, el principio de la Harvard Medical School se centra en lo positivo. ¿Cómo funciona eso exactamente? Os lo mostramos en siete pasos.

1. Puedes comer tanta verdura como quieras.

¡No te cortes! Si comes mucha verdura fresca y de temporada, ya estás haciendo mucho. Cuanto más color, mejor. Así estás proporcionando a tu cuerpo vitaminas y minerales muy importantes. También puedes permitirte la deliciosa y jugosa fruta, pero recuerda que la verdura tiene menos azúcar. Por ello, el pimiento, la lechuga, los pepinos, tomates, etc. deben constituir la parte principal de tu dieta.

2. Puedes ingerir grasas saludables.

Las grasas han estado demonizadas durante mucho tiempo. Pero también hay grasas buenas, y puedes utilizarlas sin problema para cocinar y preparar ensaladas. Contienen grasas saludables, por ejemplo, los aceites con grasas insaturadas, como el aceite de colza o de oliva.

Por el contrario, el consumo de carne y embutidos debe limitarse a algo excepcional ya que precisamente los embutidos y las carnes procesadas contienen esas grasas no tan saludables.

3. Puedes proporcionar proteínas a tu cuerpo.

Para ello, las mejores opciones son el pescado, la carne de ave, las legumbres como lentejas o alubias, y los frutos secos. Hay que consumir alrededor de un 10 % de alimentos ricos en proteínas.

4. Puedes consumir productos integrales.

Los productos integrales contienen mucha fibra, que es muy beneficiosa porque te sacia, mejora la digestión y puede reducir el azúcar en sangre y mejorar el colesterol. Hasta una cuarta parte de nuestra alimentación diaria puede ser de productos integrales.

5. Puedes beber mucha agua.

La cantidad de líquido que necesita una persona a diario puede variar según la persona. Quienes sudan mucho, necesitan más agua. Si el agua te resulta demasiado aburrida, puedes pasarte a las infusiones no endulzadas. Y quien lo ha dado todo haciendo deporte durante dos horas, también puede tomarse una limonada no endulzada.

6. Puedes picar entre horas.

Si de vez en cuando picas un poco de fruta, verdura o frutos secos, no llegarás a la hora de la comida o la cena con ganas de comerte un caballo. Por eso, picar entre horas está totalmente permitido. Y si cortas la fruta o la verdura en trocitos, seguro que los peques también se animan.

7. Puedes desayunar más tarde.

No todo el mundo tiene apetito de buena mañana. La gente con la tensión baja, por ejemplo, no puede tragar bocado a primera hora. Por eso, es muy importante, sobre todo para los niños, que se lleven el desayuno al colegio, para que si quieren, puedan comérselo allí.

Bueno, resumiendo:

En SanLucar nos encanta el principio «Sí, puedes», porque en lugar de prohibir, lo que hace es sugerir, y todas las propuestas suenan de lo más apetitoso. Así que ya va siendo hora de decir más a menudo «Sí, puedes» a nuestros hijos.

Fuente: Austria MADONNA

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