La Sociedad Alemana de Alimentación recomienda comer cinco raciones de fruta y verdura al día: tres puñados de verdura y dos piezas de fruta. Pero ¿pueden comerlo también los más de cinco millones de diabéticos que hay en España?
Al fin y al cabo, la fruta no solo tiene vitaminas, minerales, fibra y otras sustancias vegetales saludables, sino también muchos hidratos de carbono en forma de glucosa, que dispara rápidamente el nivel de azúcar en sangre. Pues resulta que la fructosa de la fruta tiene un efecto muy leve sobre el azúcar en sangre.
Thomas Haak, director médico del Centro de Diabetes de Bad Mergentheim nos da la buena nueva: »la fruta es recomendable para las personas diabéticas en cualquier caso, solo que no pueden tomarla en cantidades exageradas. Una pieza de fruta que pueda caber en una mano es lo ideal. Puede ser una manzana, una pera, un puñado de bayas…«
Los frutos que consuman las personas diabéticas han de tener un índice glicémico (Glyx) bajo. Este índice refleja la rapidez y la fuerza con la que un alimento rico en carbohidratos afecta al azúcar en sangre. La manzana, la pera, las fresas, el pomelo, las cerezas, los kiwis, los mangos, los melocotones y las ciruelas, por ejemplo, tienen un Glyx bajo. La piña, la banana, la papaya, las uvas pasas y sultanas presentan un índice medio. Pero ojo, que precisamente la sandía, a pesar de tener muy pocas calorías, ¡tiene un índice muy alto!
La manzana, la pera, la naranja o las bayas son muy recomendables, y no solo por su bajo Glyx, sino porque además tienen mucha fibra, lo cual retrasa la subida del azúcar en sangre.
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