A la naturaleza también le gusta.
Cada primavera, los albaricoqueros de la familia Poveda, en Murcia, reciben visita. Miles de bienvenidas visitas se agolpan entre los árboles. Estas aplicadas colaboradoras son de un apicultor vecino, que todos los años lleva sus colmenas a la plantación.
Pero estas no son las únicas ayudantes de la familia durante la cosecha. «Aquí, nuestro colaborador más importante es sin lugar a dudas el sol, pues es quien procura que nuestras frutas sean especialmente dulces», explica el maestro agricultor Juan Poveda.
Con un ahorrativo sistema de riego por goteo, el agua llega directamente a las raíces de los árboles a través de mangueras, de modo que no se malgasta ni una sola gota. «Si eres como nosotros y pasas tu vida en la naturaleza, manejar los recursos y la tierra de forma responsable es algo completamente natural», dicen los Poveda. «Cuando se ha recogido el último albaricoque, siempre nos sentimos un poco nostálgicos», ríe Juan. «Pero nos animamos pensando en la próxima primavera y en la visita de las abejas».